En desarrollo de software, el impulso por avanzar rápido puede salir mal. Es común ver equipos que se lanzan a construir sin haber definido realmente el problema, los usuarios o cómo debería medirse el éxito. ¿El resultado? Funcionalidades que nadie usa, soluciones que no encajan y meses de trabajo que luego hay que rehacer.
En 301, creemos que un buen software no empieza con código—empieza con claridad. Ese es el rol del discovery con propósito: asegurar que cada decisión técnica se base en entendimiento real, no en suposiciones.
Discovery no se trata de completar un documento de requerimientos. Es un proceso estratégico diseñado para reducir la ambigüedad, alinear equipos y darle al proyecto un rumbo claro. El objetivo es simple: tomar mejores decisiones haciendo mejores preguntas desde el inicio. Preguntas como:
- ¿Cuál es el problema de negocio que queremos resolver?
- ¿Quiénes son los usuarios y cómo encaja este producto en sus vidas?
- ¿Qué significa éxito—de forma medible?
- ¿Qué restricciones ya existen (técnicas, de tiempo, de presupuesto)?
- ¿Qué deberíamos priorizar primero—y por qué?
Discovery no implica definir todo en detalle desde el principio. Se trata de reducir el riesgo de construir lo incorrecto. Ayuda a crear una base sólida y compartida para todo lo que sigue.
Adaptamos cada discovery al momento y contexto del cliente. Pero nos enfocamos en entender—entre otras cosas:
- Objetivos de negocio: ¿Qué está realmente en juego? ¿Qué pasa si nada cambia?
- Experiencia de usuario: ¿Quién lo va a usar? ¿Cuáles son sus dolores, hábitos y limitaciones?
- Paisaje técnico: ¿Qué sistemas, datos o infraestructura hay que tener en cuenta?
- Visión y crecimiento: ¿Esto necesita escalar? ¿Adaptarse? ¿Integrarse?
- Restricciones reales: ¿Cuál es el plazo? ¿Presupuesto? ¿Capacidad del equipo?
Estas conversaciones no son teóricas. Impactan directamente en el alcance, el diseño y la entrega.
No hay dos proyectos iguales, y tampoco hay un único enfoque de discovery. Diseñamos cada proceso según la realidad del cliente: su etapa, objetivos y nivel de definición. Un proceso de discovery típico puede incluir:
- Workshops de alineación para clarificar objetivos y destapar supuestos ocultos.
- Mapeo de usuarios y procesos para entender flujos reales y detectar oportunidades de mejora.
- Priorización basada en valor para enfocar al equipo en lo que más importa ahora.
- Prototipos o wireframes para crear entendimiento compartido antes de desarrollar.
- Documentación accionable que sirva tanto al equipo técnico como a otros stakeholders de la organización.
No se trata de producir un entregable estático—se trata de construir entendimiento compartido que permita tomar decisiones con confianza.
Una vez que la visión está clara y las prioridades alineadas, pasamos a la planificación técnica y la ejecución. Pero ya no estamos adivinando—estamos construyendo con dirección. El discovery ayuda a:
- Evitar funcionalidades innecesarias.
- Detectar riesgos temprano, cuando aún se pueden manejar.
- Definir un MVP realista y orientado a valor.
- Crear un roadmap basado en hechos, no suposiciones.
En resumen: el discovery no te frena. Te ayuda a avanzar con inteligencia.
Profesional de tecnología con más de 25 años de experiencia en desarrollo de software y liderazgo de equipos técnicos para clientes en América, Europa y Asia. Fundador de múltiples emprendimientos tecnológicos y líder de proyectos digitales de alto impacto para marcas reconocidas, tanto en entornos corporativos como de startups. Especializado en arquitectura de sistemas, gestión de proyectos y soluciones digitales escalables. Combina visión estratégica, enfoque en la experiencia del usuario y ejecución técnica para transformar ideas complejas en productos sólidos y sostenibles.
